Informe de la
Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y
las Formas Conexas de Intolerancia
Durban, 31 de agosto a 8 de septiembre de
2001
13. Reconocemos que la esclavitud y la
trata de esclavos, en particular la trata transatlántica, fueron tragedias
atroces en la historia de la humanidad, no sólo por su aborrecible barbarie,
sino también por su magnitud, su carácter organizado y, especialmente, su
negación de la esencia de las víctimas, y reconocemos asimismo que la
esclavitud y la trata de esclavos, especialmente la trata transatlántica de
esclavos, constituyen, y siempre deberían haber constituido, un crimen de lesa
humanidad y son una de las principales fuentes y manifestaciones de racismo,
discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia, y que los africanos
y afrodescendientes, los asiáticos y las personas de origen asiático y los
pueblos indígenas fueron víctimas de esos actos y continúan siéndolo de sus
consecuencias;
14. Reconocemos que el colonialismo ha
llevado al racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas
de intolerancia, y que los africanos y los afrodescendientes, las personas de
origen asiático y los pueblos indígenas fueron víctimas del colonialismo y
continúan siéndolo de sus consecuencias. Reconocemos los sufrimientos causados
por el colonialismo y afirmamos que, dondequiera y cuandoquiera que ocurrieron,
deben ser condenados y ha de impedirse que ocurran de nuevo. Lamentamos también
que los efectos y la persistencia de esas estructuras y prácticas se cuenten
entre los factores que contribuyen a desigualdades sociales y económicas duraderas
en muchas partes del mundo de hoy;
34. Reconocemos que los afrodescendientes
han sido durante siglos víctimas del racismo, la discriminación racial y la
esclavización, y de la denegación histórica de muchos de sus derechos, y
afirmamos que deben ser tratados con equidad y respeto de su dignidad, y que no
deben sufrir discriminación de ningún tipo. Por lo tanto, se deben reconocer
sus derechos a la cultura y a la propia identidad; a participar libremente y en
igualdad de condiciones en la vida política, social, económica y cultural; al
desarrollo en el marco de sus propias aspiraciones y costumbres; a tener,
mantener y fomentar sus propias formas de organización, su modo de vida, cultura,
tradiciones y manifestaciones religiosas; a mantener y usar sus propios
idiomas; a la protección de sus conocimientos tradicionales y su patrimonio
cultural y artístico; al uso, disfrute y conservación de los recursos naturales
renovables de su hábitat y a participar activamente en el diseño, la aplicación
y el desarrollo de sistemas y programas de educación, incluidos los de carácter
específico y propio; y, cuando proceda, a las tierras que han habitado desde
tiempos ancestrales;
86. Recordamos que la difusión de todas las
ideas basadas en la superioridad o en el odio racial deberá ser declarada
delito punible por ley, teniendo debidamente en cuenta los principios consagrados
en la Declaración Universal de Derechos Humanos y los derechos expresamente enunciados
en el artículo 5 de la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas
las Formas de Discriminación Racial
94. Reafirmamos que la estigmatización de
las personas de diferentes orígenes mediante actos u omisiones de las
autoridades públicas, las instituciones, los medios de información, los partidos
políticos o las organizaciones nacionales o locales no sólo es un acto de
discriminación racial, sino que además puede incitar a la repetición de tales
actos, resultando así en la creación de un círculo vicioso que refuerza las
actitudes y los prejuicios racistas, y que debe condenarse;
99. Reconocemos y lamentamos profundamente
los masivos sufrimientos humanos y el trágico padecimiento de millones de
hombres, mujeres y niños causados por la esclavitud, la trata de esclavos, la
trata transatlántica de esclavos, el apartheid, el colonialismo y el genocidio,
hacemos un llamamiento a los Estados interesados para que honren la memoria de
las víctimas de pasadas tragedias, y afirmamos que dondequiera y cuando quiera
que hubieran ocurrido deben ser condenados y ha de impedirse que ocurran de
nuevo. Lamentamos que esas prácticas y estructuras, políticas, socioeconómicas
y culturales, hayan causado el racismo, la discriminación racial, la xenofobia
y las formas conexas de intolerancia;
104. Reafirmamos enérgicamente también que
es requisito ineludible de justicia que se dé acceso a la justicia a las
víctimas de violaciones de los derechos humanos resultantes del racismo, la
discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia, especialmente
a la luz de su situación vulnerable social, cultural y económicamente, así como
asistencia jurídica si procede, y protección y recursos eficaces y apropiados,
incluso el derecho a pedir y recibir justa y adecuada indemnización o
satisfacción por los daños sufridos de resultas de esa discriminación, de
acuerdo con lo consagrado en numerosos instrumentos internacionales y
regionales de derechos humanos, en particular la Declaración Universal de
Derechos Humanos y la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas
las Formas de Discriminación Racial;
106. Subrayamos que recordar los crímenes e
injusticias del pasado, cuando quiera y dondequiera que ocurrieron, condenar
inequívocamente las tragedias racistas y decir la verdad sobre la historia son
elementos esenciales para la reconciliación internacional y la creación de sociedades
basadas en la justicia, la igualdad y la solidaridad;
No hay comentarios:
Publicar un comentario